El año que viene empezarán a entregarse las unidades; según el plan original, presentado hace casi una década, la construcción iba a terminar en 2016
A ocho años de que comenzó su faraónica obra, la Torre Trump de Punta del Este está en plena etapa de “terminación” de los departamentos, que podrán comenzar a entregarse en agosto del 2022.
Es la meta anhelada —y real, según afirman— de un proyecto que estuvo muy demorado y hasta frenado por más de un año entre diversas idas y vueltas, acusaciones con la administración anterior y la creación de un fideicomiso de propietarios que hoy vela porque se respete absolutamente cada plazo y detalle. En ese devenir, el rascacielos cilíndrico llegó a ser llamado un “elefante blanco” sobre la costa de La Brava: según el plan original, presentado en 2012, la construcción iba a terminar en 2016.
En rigor, el grueso de la torre ya está todo construido y, de hecho, en los próximos días se presentarán tres departamentos de muestra completamente equipados, porque así lo están todas las unidades hasta el sexto piso. Eso significa, con sus respectivos aires acondicionados, muebles de cocina, microondas y lavavajillas, por citar algunos ejemplos de lo que aseguran es “el sello Trump” de calidad.
A propósito de él, la Organización Trump funciona como una franquicia: pone su logo, pero quien construye este edificio es la desarrolladora YY Development Group de Buenos Aires, que se especializa en residencias de lujo y hotelería. A cambio, la familia del expresidente estadounidense también obtiene ganancias por la venta de las unidades.
El edificio tiene 164 unidades funcionales de cuatro tamaños distintos: hay departamentos de 310 m², 210m² y 160 m² que miran al mar, y los más pequeños de 100m² que dan “al contrafrente”, con vista hacia el bosque. El metro cuadrado cuesta unos 5000 US$.
Compradores argentinos
Ya se vendió el 75% de ellas, en su mayoría a compradores argentinos. Jorge Garber, tucumano referente del grupo de propietarios, y presidente de la Cámara Tucumana de la Construcción, anticipa que los departamentos comenzarán a entregarse en 8 o 10 meses.
En el interior, las viviendas están equipadas con tecnología de domótica: desde una tablet se podrá manejar las cortinas y las luces o bien pedir que el valet parking prepare un auto. En cuestiones más estructurales, los ascensores son japoneses y la carpintería exterior de una marca alemana de excelencia.
Según explica Garber, a partir de agosto del 2022, se irán entregando unos 21 departamentos por mes. Cuando el 50% de ellos haya sido entregado se va a empezar a trabajar en los amenities: un helipuerto en la cima, una piscina gigantesca al nivel del suelo (y otras dos más climatizadas interiores) y una cancha de tenis profesional “de calidad ATP”. El resto de los más de 13.000 m² de lujosos amenities incluyen spa, fitness center, kids club, microcines, una cava y un cigar room, entre otros.
Lo mismo confirma Juan José Cugliandolo, representante de la Desarrolladora YY Development Group, que lleva adelante la obra. “Estamos apuntando a entregar unidades en el segundo semestre del 2022. Más cerca de la fecha podremos ir precisando los meses puntuales”, explica.
A esa altura también se comenzará a trabajar en las amenities. Según explica, los departamentos “de muestra” que están preparados para ser visitados este verano están perfectamente habilitados para ser habitados, con todos los servicios y prestaciones que corresponde.
Por fuera de ellos y cuando se empiecen a entregar el grueso de los restantes departamentos, en 2022, la torre que se hizo ícono de Punta del Este comenzará a cerrar un capítulo glamoroso y sinuoso de casi diez años.
Fuente: La Nación